Mujeres del pasado y fuerzas misteriosas me confiaron la alquimia de sus saberes y el secreto de cómo destilar la uva llegó a mí.
He prendido fuego buscando lo sagrado en mí. Las mujeres de Doñihue conocen sus secretos, fuerzas misteriosas se los confiaron, y aquellos relatos mágicos, de la tierra que habito, despertaron una fuerza en mí. La fantasía encendió mi alma y en el fuego de mi naturaleza salvaje, me consumí en las llamas de un agua que arde.
Entre frutales y aguas sagradas, saberes de antiguas magas corrieron de boca en boca. Mujeres que labraron la tierra de Doñihue y atesoraron sus misterios.
Se ocultaron bajo la traslucidez de su velo y soplaron fuerte para que el viento expandiera el fuego a nuevos tiempos, a tiempos de mujeres salvajes. La dulce atracción del fruto prohibido en el conjuro de una Magia Blanca.
Desde su infancia, Marcela Chandía fue criada en Doñihue, un lugar caracterizado por el aguardiente y los saberes y misterios de este oficio clandestino.
Después de 22 años elaborando vinos dentro de Chile y el mundo, su gran pasión por rescatar la historia de su pueblo la llevó a aprovechar sus conocimientos y su sensibilidad por los aromas, sabores y sensaciones para crear Mujer de Fuego, la primera destilería de aguardiente Premium liderada por una mujer que conecta a las mujeres con la naturaleza salvaje y misteriosa de Doñihue.
Mujeres del pasado y fuerzas misteriosas me confiaron la alquimia de sus saberes y el secreto de cómo destilar la uva llegó a mí.